viernes, 31 de octubre de 2008

Los orígenes de Halloween




El nombre de Halloween viene de ‘La noche de todos los santos’ (‘All Hallows Eve’) que significa noche sagrada. Aunque este es el nombre cristiano original para la noche del 31 de Octubre, se remonta a mucho antes.
Hace dos mil años, en Europa, los druidas celtas celebraban el último día del año el 31 de Octubre. Creían que su dios, Samhain, liberaba a los espíritus de los muertos ese día para que pudieran visitar sus hogares. Los druidas dejaban ofrendas para sus ancestros y otros buenos espíritus y rezaban para que tuvieran un buen regreso. Por otro lado, para ahuyentar a los malos espíritus encendían grandes hogueras y se vestían con disfraces que asustaran.
Al mismo tiempo que el cristianismo se estableció, el ritual pagano se convirtió en una tradición cristiana, pero los cristianos aceptaron sólo un Dios por lo que Samhain desapareció junto con los orígenes del festival. Sin embargo, la tradición de quemar grandes hogueras y de disfrazarse continuó.
A lo largo de los siglos 16 y 17 aumentó la caza de brujas debido a que los curas cristianos decían que éstas no deberían vivir. Fueron acusadas de adorar al demonio, matar animales y hacer daño a la gente. La imagen de las brujas malvadas y de los demonios se asoció con Halloween y ha continuado hasta nuestros días.
Hoy en día Halloween es sinónimo de diversión pero la próxima vez que veas una calabaza encendida o un disfraz de bruja recuerda que diferentes eran las cosas antes.

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